lunes, 7 de enero de 2013

Hola Inadi

Pensás que no, que es joda. Que lo que acabás de escuchar fue en chiste, que el pibe se equivocó. Que cuando dijo que mañana se iba a quedar trabajando desde la casa "para cogerse a la negra que limpia", quiso decir otra cosa. Pensás eso y te sentis mal y pensás en trompearlo. Se pone peor cuando un coro de infradotados envueltos en sus camisas Legacy lo festeja. Entendamos al sexo como una cosa que se da en igualdad de posibilidades y no de una subordinación de alguna de las partes. No sé, digo...

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Idiotización

Globalización mediante, desde Buenos Aires se trabaja en conjunto con Filipinas e India, entre otros países.
El pelado treintañero, con sus dientecitos para afuera, su complejo de inferioridad y su deseo de haber nacido en un país importante, no como este que es una mierda, hoy está particularmente espeso.
Se pasó toda la mañana hablando de lo que iba a comprar en Miami en su próximo viaje, de lo barato que resulta acceder a objetos de tecnología de punta y de lo lindo que sería que vuelva el 1 a 1.
Si bien ya aprendí a convivir con cipayos defensores de la década infame, lo que me resulta insoportable es otra cosa: Escucharlo reir a carcajadas a él y a su séquito tras decir que el asiático es la involución del mono mogólico.
Juro que si no fuese por tener que pagar el alquiler y la facultad, arriesgaría mi trabajo y le partiría la cabeza con un objeto totalmente desconocido para él: un libro.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Nuevos y viejos

3 años laburé en el gigante azul y aprendí que la gente, a veces, puede ser más pelotuda de lo que se ve por la tele. La burbuja que los aisla de la realidad ya no es patrimonio de una "empresita" de tres letras y se extendió, por desgracia, para otros miles de "wanna be". Son gente sin alma que defiende a capa y espada un estilo de vida cuyo eje principal es este: La vida en la Multi.

Los roles están cambiados. El Director de mi nuevo trabajo quiere caer simpático y por eso, cuando a las 8 de la mañana de pedo nos encontramos en la entrada del edificio, me abre todas las puertas a lo largo del camino, "de copado" nomás. No sabe que la falsa humildad me rompe las pelotas.

Uno de los tantos pelotudos de la empresa -un treintañero que se está por quedar pelado- se cree que por un sueldo fijo todos los meses, tener que hablar en inglés con frecuencia y un poco de café gratis, es mejor que el resto de los mortales que caminan por la calle.

Dos realidades ficticias. Dos caras de una moneda trucha y yo en el medio, esperando paciente la oportunidad de tomarme el raje a otros rumbos, sin terminar durmiendo abajo de un puente.